viernes, 11 de diciembre de 2009

social distraction

Ella sale, respira, siente cada vocal que pronuncia como un requiebre duro de puro costillas y lágrimas.
Unas pieles se entrecruzan entre la diminuta presencia y la magnificencia de un dolor-sangre.
Boca muerta: ¡di tus palabras y termina de joderme la noche!
mientras la otra, ay pobrecita boca enamorada, intenta absorber la hemorragia.
Y mi boca? Mi boca esta ahí, asistiendo a la penosa bacanal oscura, sexo en un funeral. Pero ya nadie tiene en claro:
quién es el muerto
quién es la muerte
ni a quién lloramos.

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