miércoles, 30 de diciembre de 2009

Diván Japonés

- Hablemos un poco de la muerte-no lo dijo en funciones terapéuticas sino dramáticas, el crescendo alcanzaría su punto mas alto al final de la sesión.

- Tengo ganas, muchas ganas- lo decía con una sonrisa para que no pudiera desambiguar si realmente tenía ganas de morirse o ganas de hablar sobre ello.



-------------------------------------------------------------------------- M Mauté.

lunes, 14 de diciembre de 2009

capitulo I: memento

Quizás era lo último que se nos podía ocurrir, pensar en el otro, pensar en las infinitas posibilidades de cruzarnos, ah y cómo no nos íbamos a cruzar si vivíamos el uno a diez esquinas del otro. Y ahí estabas, de zapatos, vos nunca usabas zapatos hasta el día que encontraste esos en el tallercito del fondo de tu casa, -de mi tío- me dijiste- o quizás de mi viejo- pero tu viejo usaba zapatillas, quién sabe de quién, y te los probaste contento y nos fuimos a un bar en el centro - para ese momento ya estábamos separados pero juntos, persiguiendo la nicotina de la renuncia, un puro andar juntos para olfatear la libertad-. Me acuerdo que puteaste todo el camino de vuelta y que después tenías el dedo gordo morado y en la cama yo no paraba de amasar con los pies y te rascaba un poquito hasta que te rozaba el dedo y otra vez el mar de puteadas. Pensé que nunca te los volverías a poner.
Y ahí estabas, de zapatos, de esos mismos zapatos, pensé en el dedo, en la cama, pensé en tu tío, en tu viejo en zapatillas, en el rosario de puteadas que te mandaste por toda Paseo Colón y estabas más hermoso que nunca. A dónde ibas, la respuesta era obvia, por qué nos teníamos que encontrar, mucho más.
Queijo de-puta, que-hijo de-re-mil-puta, como una proxeneta de las puteadas, las dejaba relucir a los transeúntes, las manoseaba delante de todos, las humillaba y las enaltecía y te las ofrecía en un sacrificio degradante, te puteaba para no desearte una buena vida particularmente feliz, particularmente sin mí.
Esa noche me llamaste y terminamos hablando de cómo no hablarnos más, de cómo dejar de querernos porque nos queríamos por demás, de cómo debíamos –como si el deber tuviera algo que ver con el amor- comportarnos a partir de ahora, respetarnos en la ausencia, cuidarnos de nuestras presencias, esa noche nos convertimos en los reyes del oxímoron. Me acuerdo que no querías cortar la llamada y que yo te terminé hablando de la metáfora de la enamorada del muro que mi vecina la terminó matando con kerosene porque le traía humedad a sus paredes. Kerosene a la planta, kerosene al amor, todavía me cuesta admitir cuan mentirosa soy a veces: el amor no es una planta y hay cosas que no se pueden matar voluntariamente.

viernes, 11 de diciembre de 2009

social distraction

Ella sale, respira, siente cada vocal que pronuncia como un requiebre duro de puro costillas y lágrimas.
Unas pieles se entrecruzan entre la diminuta presencia y la magnificencia de un dolor-sangre.
Boca muerta: ¡di tus palabras y termina de joderme la noche!
mientras la otra, ay pobrecita boca enamorada, intenta absorber la hemorragia.
Y mi boca? Mi boca esta ahí, asistiendo a la penosa bacanal oscura, sexo en un funeral. Pero ya nadie tiene en claro:
quién es el muerto
quién es la muerte
ni a quién lloramos.

lunes, 23 de noviembre de 2009

Amor por folletín

Ser petulante me llevo a circunscribir a distintos emblemas:
Amar a contraentrega
Sopesar la búsqueda de bocas con el procedimiento “si y sólo si”
Dejar de ser petulante.

esgrima

En los duelos nunca tocaron mi vientre, tardan en entender que mi furia precoz me salva, tardan pero comprenden que si callo ganan.
Ahora tengo el florete en mi garganta.

domingo, 1 de noviembre de 2009

no esperar

No esperar,
No esperar tu llamado
No esperar un mensaje perdido en un libro,
No esperar verte
No esperar no verte
No esperar tus angustiantes visitas nocturnas en los sueños
No esperar tus arrogantes visitas nocturnas en las vigilias
No esperarte a la hora del café negro,
a la hora del café claro,
a la hora del café chiquito.
No esperar desearte en los momentos blandos de la amargura de esparte.

martes, 17 de marzo de 2009

Dirigible

Nosotros, los frustrados, nos gusta mirar como la vida pasa sin dejar huella. Estamos en el aire esperando que nos alimenten, que venga un visitante y nos de un poco de puré de manzana. Perturbados por la naturaleza, si la suerte nos hubiera hecho nacer en otros seres no humanos, la selección natural se habría encargado del trabajo. Pero no. Estamos aquí, flotando en el éter, tenemos muchas ganas, somos muy sensibles, sobre todo eso: sensibles – porque la sensibilidad paraliza, una palabra nos deja inmóviles o móviles hacia el lado contrario de la acción – nos gusta reír, y decir como “haríamos” las cosas, tenemos la formula de la coca-cola envuelta en un pañuelo dentro del hígado, pero sabemos que está allí, y esa seguridad inútil nos da el beneficio de llamarlos impúdicos – o sea libres- al señalarlos con el dedo.
Nosotros, los frustrados, tenemos la suerte caminar acompañados por ustedes, los que hacen que este mundo gire, nosotros adquirimos sus sueños para despedazarlos a tijeretazos, oh sí, para frustrarlos, pero uds, vos no te des por vencido, porque un día llegaras allí bien alto – pero no suspendido como nosotros sino sobre un gran rascacielos construido con tus propias metas- y te admitiremos ciertas frases, y cuando mueras serás tan célebre como los caídos en la fuerza. Porque hay una suerte de retroalimentación que nos unirá siempre.
Nosotros los fracasados nos llenamos de helio sin sentido, como un dirigible, dirigido por las modas de las ultimas vanguardias, estamos así, flotantes y propagandísticos amándonos por nada, bufones sin disfraz.
Nunca nos escuches.

martes, 3 de marzo de 2009

Pensamientos

Insatisfechos, vamos así, buscando por el mundo a alguien lo suficientemente torpe para hacernos llorar.

lunes, 2 de marzo de 2009

Sobre epítetos

Un pasillo envuelto en grises con la perversidad que uno a esa edad no puede distinguir pero intuye… mis manos temblaban, “son damas”, dijo Pipito sonriendo, antes de q las desenvolviera, evaporando todo objetivo de envolver un regalo de cumpleaños, lo peor es que eran damas, ya no eran autos de colección o una de esas colonias baratas que le dejaban los cachetes bien colorados a uno … lo peor es q eran damas, pero para ese momento ya poco importaban los simbolismos o los regalomensajes de cumpleaños. Y creo q ya lo había entendido antes, desde el momento en q mi padre dijo con desánimo: “Andá, Elraúl te está esperando”. Y con esa certeza de destino acomodé el cuello de mi corbata, levante levemente el mentón y camine hacia el final del pasillo.
El patio daba a la calle, asi que recalculé el cálido abrazo por un apretón de manos. Los ¨cuatro niños envueltos¨ que siempre estaban en la esquina mirando el barrio pasar, parecían estar entretenidos con una suerte de bragueteada ocasionada por unos tacones colorados, dije parecían, porque ni bien dobló la esquina Alberto, el peluquero, se escuchó: ¨¡La bala que dobló la esquina!¨. No pude evitar sonreír por el comentario tan certero, cuando por segunda vez, pero cambiando de destinatario, me gritó uno de los cuatro niños envueltos: ¨Mirá, el puto se ríe del degollado¨. Yo conteste sin sacar las manos de los bolsillos y aguantando con la mirada: ¨sobre putos no hay nada escrito¨. Y ahí terminó el asunto y yo ya empezaba a enfrentar a mi destino.

-----------------------------------------------------------------------M M

domingo, 1 de marzo de 2009

puticlub

Mi naturaleza satírica en un carnavalito zigzaguea sobre los pasos de una mujer, se burla de mí, me interpreta, me señala, muestra a los espectadores de turno a una costurera huérfana de sonrisa infeliz.
Hoy no se fía, mañana sí y terminamos convencidos y agradecidos al patrón de los beneficios de otro año sin aumento, hay que leer un poco a Marx, me susurra alguien al oido, asiento pero ya no me importa. El desgraciado piensa que la felicidad tiene forma de pan.
sueño que miro televisión y que un novio me nombra en el programa de Susana Giménez, metáfora torcida de la inmovilidad, prefiero ver ver ver, qué me pasa, hay algo demasiado humano en mí, pienso otra vez en la felicidad y su forma de pan, me autoconvenzo, me lleno de promesas electorales bajas en sodio y pienso en las vacaciones mas lindas del proletariado, pienso en el comentario ¨el calor es para los ricos¨, y el color también, me miro los grises del guardapolvo, asiento con la cabeza.
Antes tenía una guitarra ahora una úlcera.

----------------------------------------------------------------------- M. M.

sábado, 28 de febrero de 2009

Deberíamos

Nosotros deberíamos coger, marcharnos a una ciudad vieja de calles empedradas y veredas angostas, instalarnos en un hotel para turistas, con una gran ventana llena de luz y cortinas libradas al azar del viento, que me dejes dormida vestida de sabanas blancas y te vayas muy temprano en la mañana a recorrer la ciudad en bicicleta: la casa de antigüedades, el herrero, la estación del tren sin tren, el muelle, la vieja dormida en su sillón de mimbre. Cerrar los ojos en la calle desierta ¿Qué te podría preocupar esa mañana? Si solo nos falta algo de fruta y una flauta de pan.
¿Me traerías flores? Creo que sólo pensarías en ello, no sos el tipo que carga flores, pero sé que me contarías sobre el puesto, sobre el florista que fuma un habano y su radio perdida en el tiempo, y sé que me harías sonreír por esa fascinación a los detalles fotográficos.
Nosotros deberíamos coger muy lejos de acá, mejor dicho del aquí y ahora, donde los verbos padecen de imperativismos crónicos y las pausas son tomadas como perdida de tiempo. Quiero recordar la última vez que vi esta ciudad con los ojos de extranjero, Buenos Aires me desarma de amor, el zoológico nos esta quedando chico y los paisanos se esconden detrás de las siluetas dormidas de los monumentos.
Nosotros deberíamos, y lo digo con la obligación que implica el deber. Sabemos que ya no quedan más túneles donde los antiguos escapaban hacia el río. La inercia de esta ciudad me está matando, maldigo a Buenos Aires y sus pretensiones de nuevo mundo, cambiamos tranvías por cocaína y reducimos el mundo a un edificio. Esta enfermera te está pidiendo silencio.

Me contaron que hay un lugar hacia al Norte donde sus habitantes aun esperan el barco que los regresaría a África. El cobayo si no gira su ruedita muere, ¿estarás dispuesto a dejarlo todo por unas noches en Limón? Sí, sé que mi propuesta te parecerá algo inverosímil y mi lenguaje soez, sabés bien lo que pienso de la función poética aplicada al romance, simplifiquemos las palabras, sólo cogiendo bien cogidos dignificamos al amor.