martes, 17 de marzo de 2009

Dirigible

Nosotros, los frustrados, nos gusta mirar como la vida pasa sin dejar huella. Estamos en el aire esperando que nos alimenten, que venga un visitante y nos de un poco de puré de manzana. Perturbados por la naturaleza, si la suerte nos hubiera hecho nacer en otros seres no humanos, la selección natural se habría encargado del trabajo. Pero no. Estamos aquí, flotando en el éter, tenemos muchas ganas, somos muy sensibles, sobre todo eso: sensibles – porque la sensibilidad paraliza, una palabra nos deja inmóviles o móviles hacia el lado contrario de la acción – nos gusta reír, y decir como “haríamos” las cosas, tenemos la formula de la coca-cola envuelta en un pañuelo dentro del hígado, pero sabemos que está allí, y esa seguridad inútil nos da el beneficio de llamarlos impúdicos – o sea libres- al señalarlos con el dedo.
Nosotros, los frustrados, tenemos la suerte caminar acompañados por ustedes, los que hacen que este mundo gire, nosotros adquirimos sus sueños para despedazarlos a tijeretazos, oh sí, para frustrarlos, pero uds, vos no te des por vencido, porque un día llegaras allí bien alto – pero no suspendido como nosotros sino sobre un gran rascacielos construido con tus propias metas- y te admitiremos ciertas frases, y cuando mueras serás tan célebre como los caídos en la fuerza. Porque hay una suerte de retroalimentación que nos unirá siempre.
Nosotros los fracasados nos llenamos de helio sin sentido, como un dirigible, dirigido por las modas de las ultimas vanguardias, estamos así, flotantes y propagandísticos amándonos por nada, bufones sin disfraz.
Nunca nos escuches.

No hay comentarios: